Lluvia

¿Os acordáis de esos días grises que parecían no tener fin? ¿Os acordáis de las semanas donde ni un paraguas era capaz de resguardarnos de la lluvia? ¿Os acordáis de la fila de paraguas en las papeleras de cualquier ciudad gallega?
¿Os acordáis de la lluvia? ¿De la sensación que provoca?
Es más, ¿alguna vez la habéis echado de menos?
Creo que la lluvia es algo que siempre acabamos aborreciendo alguna vez y sin embargo algunas veces alivia, nos teletransporta o nos hace acordarnos de un gran momento.
Por ejemplo, en mi caso no dejo de recordar, la última etapa del Camino de Santiago, la hicimos bajo la lluvia, una lluvia intensa que no amainó durante todo el día y sin embargo hizo que de esta etapa la mejor experiencia. No miento cuando digo que me caló hondo, que varios años después soy incapaz de olvidar ese momento, esa felicidad.
La lluvia tiende a aparecer de repente, de golpe, para limpiar, purificar y permitir que nuestra tierra siga conservando ese verde tan especial, convirtiéndola en un lugar mágico y asombroso al que todo el mundo sueña con volver.
Todo es parte de su encanto, de su magia. Esa magia que nos hace acordarnos de ella cuando nos vamos lejos y la dejamos atrás, esa magia que aparece en forma de morriña.
Y es que la morriña por la lluvia es directamente proporcional a la distancia. Así que aprovecha que la vida y la lluvia te calen hondo.
Y aquí recae la magia de nuestro proyecto, Gotas de Lluvia. Queremos que la lluvia siga siendo arte y capturar su esencia para quien quiera pueda "combatir" la morriña allá donde vaya o que cualquier peregrino se lleve a su tierra parte de las gotas que le acompañaron en su camino.
Nunca olvidemos el lugar donde fuimos felices.